OURO PRETO
- Robinson Jimenez
- 6 abr 2024
- 2 Min. de lectura
Siguiendo nuestra ruta, nos dirigimos hacia Ouro Preto, una bella ciudad estilo colonial con muchas subidas, recuerdo que llegamos al lugar y nosotros cargados hasta no poder más, nos tocó subir y caminar bastante para llegar a un punto de encuentro y conocido por la gente, había algo de fiesta, puestos vendiendo artesanías, cervezas y entre otras cosas.
Luego de pasar algunas horas en ese lugar, debiamos encontrar algún sector donde poder tirar la carpa para pasar la primera noche en Ouro Preto, revisando el mapa encontramos un lugar en donde quizás podríamos colocar nuestras carpas, se encontraba casi en lo más alto de la ciudad, llegamos a un supuesto lugar que daba entrada hacia algunas cachoeiras, pero eran unos 30 o 40min caminando, ese día optamos por buscar un lugar cerca de donde habíamos llegado en el bus, un sector en medio del mato nuevamente, lo cual decidimos armar las carpas y pasar la noche allí, recuerdo que no tenía saco de dormir ya que lo había abandonado en Canadá, por lo que supuestamente no necesitaría en Brasil por su extremo calor, pero sin duda en aquel lugar era necesaria alguna frazada o algo con que cubrirse, pase la primera noche con un poco de frío ya que el sector donde estábamos caía algo de neblina. Teníamos un negocio cerca en donde solíamos pedir agua, y para mi suerte estábamos a metros de la calle principal en donde justo mi amigo Yerko se encontraba allí por alguna razón, y dió la casualidad de que pasó un caballero vendiendo frazadas en donde sin duda alguna le compré una para llevarla conmigo durante el viaje, fue algo maravilloso en ese entonces.

Después de estar instalados en aquel lugar optamos por dejar las carpas armadas junto a las cosas adentro, para bajar al lugar donde se encontraban las cachoeiras, solo llevamos lo esencial y más importante con nosotros en una mochila, luego de caminar varios minutos, me atrevería a decir que casi una hora, llegamos a un bello lugar donde solo podíamos agradecerle a la vida por aquellos lugares que nos estaba mostrando, luego volvimos a nuestras carpas y como de costumbre llegamos a cocinar algo para alimentar nuestros estómagos que sin duda ya estaban rugiendo, después solo tocaba descansar.
También recuerdo que un día de entre los varios que estuvimos allí, alguien lanzó una piedra a nuestras carpas mientras estábamos adentro, fue algo loco pero que dejamos pasar ya que no supimos que fue exactamente. Ouro Preto un lugar que sin lugar a dudas deben conocer por su belleza.

Σχόλια