LLEGANDO A BRASIL
- Robinson Jimenez
- 6 abr 2024
- 2 Min. de lectura
Un nuevo país, nuevas aventuras, nuevas anécdotas, nuevos lugares y nuevas personas.
Mis días en Toronto terminaron y es tiempo de viajar a Brasil, país donde me espera un viejo amigo, donde más que amigo es un gran hermano, recuerdo haber salido de Toronto, lugar donde dejé mi bicicleta y algunas cosas para irme al aeropuerto y tomar el avión con destino a São Paulo, lugar en donde tendría que tomar un bus con destino a Bello Horizonte, Estado de Minas Gerais, un viaje largo en donde llevaba mis primeras horas adaptándome al lugar, un bus el cual por alguna razón en un momento determinado del viaje paró la policía, ese día solo mostré mi carnet y dije a donde me dirigía sin mayores problemas.

Pasé del frío de Canadá al calor de Brasil, un calor que me sofocaba, un calor húmedo, un clima al que debía adaptarme. Después de largas horas de viaje llegué al terminal de Bello Horizonte, lugar donde me reuní con mi querido amigo Yerko, persona con la cual iba comenzar el mochileo, pero esta vez a pié, llegamos a su casa y estuvimos 3 días allí antes de empezar nuestro viaje.

Cuando llegó el momento de salir, recuerdo que iba con mucho peso y sin duda alguna no era lo mismo que andar pedaleando, no recuerdo exactamente como fue que salimos de la ciudad, solo sé que andábamos buscando una cachoeira (cascada), cachoeira que nunca encontramos, ya que nos habían dado una dirección el cual solo caminábamos sin ver algo de lo que sería la Cachoeira, después de caminar mucho ese día y transpirar un montón, optamos por buscar un lugar donde pasar la noche, estábamos en medio del mato, lugar que fue nuestro hogar por esa noche, donde tuvimos un maravilloso espectáculo de luciérnagas que hicieron que esa noche fuera mágica.
Comments