LINHARES

Seguimos recorriendo la costa Brasileña conociendo sus hermosas playas.

Ya saliendo de Buzios, que fue un lugar que nos dejó mucho, nos queda avanzar por la Costa para seguir conociendo nuevos lugares, volviendo nuevamente a la carretera, esta vez en la RJ-106, fue un día prácticamente perdido, ya que llegamos tarde a un pueblo llamado Macaé, donde tuvimos que pasar la noche en un puesto de combustible, al siguiente día logramos salir de allí donde nos llevaron hasta la ciudad de Campos dos Goytacazes y retomando nuevamente la carretera BR-101, recuerdo que en esa ciudad solo estuvimos un par de días para lograr obtener algo de dinero, pasando así nuestras noches al lado de una bomba de combustible, luego de terminar nuestros días en aquella ciudad, seguíamos con dirección a Linhares, donde nuevamente pasamos la noche en otra bomba de bencina y a la vez cruzando del estado de Río de Janeiro al estado de Espírito Santo. 

ya estando preparados al día siguiente muy temprano como de costumbre para ver si algún camionero nos llevaba, tuvimos la suerte de que uno nos llevó hasta la playa de Guarapari, donde resultaba ser que el vivía, recuerdo que al día siguiente mientras caminábamos por el pueblo nos encontramos nuevamente con él y para nuestra suerte nos ofreció llevarnos nuevamente hacia el Norte por la Costa, así que ya terminando nuestros días en aquella playa estábamos listos para seguir en la BR-101.

Aquella vez recuerdo que viajamos ya cuando oscureció nos bajamos en João Neiva, en ese lugar armamos las carpas al costado de la carretera para pasar la noche.

Al otro día ya saliendo del lugar y finalmente llegando a la ciudad de Linhares, donde habíamos recorrido 554 km aproximadamente desde Buzios, llegamos a la Plaza para analizar qué es lo que haríamos, por suerte apareció alguien que nos dijo que nos arrendaba el patio de su casa para colocar las carpas a un precio demasiado bajisimo, donde sin pensarlo aceptamos, no era una gran casa, ni mucho menos el mejor lugar, pero estábamos mucho más seguros que en la calle, estando en aquella ciudad llegó la Navidad, una fecha nostálgica porsupuesto en donde sin duda estábamos agradecidos por todo lo que estábamos viviendo y que a pesar de todo había para comer e incluso para un vinito.

Luego de salir del lugar donde nos quedábamos, nos fuimos a un lago que quedaba ya casi saliendo de Linhares, su nombre era playa três pontas, aclaro que era un lago y no una playa, pero si que era un lugar tranquilo y bueno para descansar, también como era costumbre hacíamos fuego para cocinar ya que no contábamos con gas, sin duda alguna la ciudad de Linhares fue muy buena con nosotros en muchos aspectos, lugar que por siempre quedará en el corazón y en la mente.